Boda Román y Dolores | Un amor de cuento
Allá por el 2004, José Román y Dolores comenzarían un amor de cuento que terminaría en boda… ¡casi por casualidad! Se conocieron un 28 de febrero en una barbacoa de unos amigos que tenían en común. Así de caprichoso es a veces el destino.
El 21 de abril de 2018 ambos decidieron que sí, que querían pasar el resto de su vida juntos: ¡se casarían ese hermoso día de primavera! Román le pidió matrimonio a Dolores en la Dehesa de Abajo, en La Puebla del Río.
Dolores llevaba un precioso vestido diseñado por Juan Vara: de georgette, elaborado en seda natural con grecas de guipoure. La cola era un trapecio desmontable, bordeada en guipoure, y el escote bañera. ¡Una preciosidad con mucho estilo propio!
Con respecto a las joyas, Dolores lució un anillo sencillo y pequeño, en plata con circonitas. Sus zapatos no pasaron desapercibidos: en turquesa, con un tacón cuadrado en glitter de 7’5 cm, diseñados por la novia en Uniqshoes. A modo personal, añadió un grabado con el nombre de los novios, la fecha de la boda y una frase mágica: “caminando juntos”.
El maquillaje y peinado recayó en las manos de Rosario y Eli, ambas conocidas de la novia. Ambas son de Aznalcóllar, y acertaron con lo que Dolores quería: algo sencillo y natural.
El ramo de novia lo realizó Leandro González (La Puebla del Río), al igual que las coronas de las niñas de arras. ¡Una maravilla para los sentidos!
¡Y llegó la ceremonia!
Se dio en la Parroquia Nuestra Señora de Consolación, de Aznalcóllar. La decoración floral fue a base de flores naturales combinando tonos blancos y rosas, y estuvo en manos de las Hermanas Vizcaíno (Mª Pepa y Mª Ángeles), de Aznalcóllar. En los bancos de la Iglesia colocaron unas cadenetas de romero y margaritas, ¡muy original! Y en la puerta unas macetas de hortensias y canastos con margaritas y paniculata.
Para la celebración, se trasladaron a la Hacienda Torreón Nazarí (Gerena), bajo el atento servicio del Catering Salvador Arias. Allí, fueron sorprendidos por la Banda Municipal de Aznalcóllar. ¡Sorpresón para los novios!
Las minutas las elaboró el mismo catering, aunque ellos prepararon unos mensajes de bienvenida que iban colocados sobre los platos. ¡Todo detalles! Los meseros fueron pintados por su cuñada Fuente Clara Macías, quien hizo una hermosa combinación entre flamencas y bicicletas.
Las invitaciones fueron diseñadas por los novios, quienes usaron sus huellas dactilares para crear un corazón. ¿Se puede ser más romántico? Román se encargó del trabajo cromático, y Dolores de los textos. Se encargaron sobres de papel kraft y lavanda preservada para rematarlas… ¡Toda la familia colaboró tras la comida de Navidad para montar las invitaciones!
Dolores y Román nos cuentan que jamás podrán olvidar el momento de llegar a la Iglesia, con el olor a romero, al son de la sevillana de Los Romeros de la Puebla “Es primavera en su vida”, cantada por Menta y Romero.
También recuerdan emocionados el momento justo antes de los anillos, al son de “Por fin llegó el día” de Paco Candela. Y les es imposible no emocionarse al recordar cuando el tamborilero de su hermandad, junto a su hijo, aparecieron en su visita a la capilla de la Hermandad de la Cruz de Abajo y la Gloriosa Emperatriz Santa Elena.
Una preciosa boda, una preciosa historia de amor… Desde Acuarela Fotógrafos os deseamos todo lo mejor.
¡Os lo merecéis!