Los flechazos online… ¡existen! | Boda Soledad y Eduardo
Internet es una herramienta muy útil, para quien la sabe usar bien… y de eso, nos van a hablar nuestros protagonistas: Soledad y Eduardo, ¡que se conocieron tras un flechazo online! Eduardo vio a Soledad en una fotografía de Agentes de la Noche, y decidió lanzarse para conocerla… y tras varios intentos fallidos, fue en Sanlúcar donde se vieron por primera vez. ¡Hasta el día de su boda!
Una noche cualquiera en su casa, pues ellos ya llevaban un año viviendo juntos, decidieron dar el paso… ¿y por qué no? ¡¡NOS CASAMOS!! Eligiendo por fecha el 25 de noviembre de 2017 y coincidiendo con el cumpleaños de Soledad.
¡Y llegó el día!
Soledad lució un precioso y sencillo vestido de Rosa Clará, de corte elegante y liso, con manga larga, y adornado con una espalda de pedrería y los puños a juego. ¡Y qué trabajito le costó elegirlo! El tocado, también de Rosa Clará, iba en consonancia con el propio vestido: sencillo y elegante.
Soledad llevó unos cómodos y llamativos zapatos buganvilla con unos apliques en plata, de la zapatería Nuria Cobo, que fueron elegidos por la madre de la novia. Y casi sin ser buscados, nuestra protagonista encontró unos preciosos pendientes de la Joyería de El Corte Inglés.
El ramo de novia fue elaborado por Floristería Ana Belén, que dio en el clavo creando algo distinto pero que no llamase la atención… ¡elegancia extrema! Y como Soledad no quería deshacerse de él, pero tampoco perder la tradición de entregarlo, encargó dos más: uno para su hermana y otro para su amiga Trini.
El maquillaje y el peinado vino de la mano de Juan Antonio Palomino, quien supo dar el aire de sencillez que buscaba Soledad: un maquillaje natural y un peinado que no restara protagonismo al resto del look.
Una celebración llena de detalles.
La ceremonia religiosa fue en el Monasterio de Loreto, un lugar lleno de magia y elegido por Eduardo, que quedó prendado del lugar en cuanto lo vio. Dicha ceremonia fue amenizada por Miriam Rodríguez y Anita Guerrero.
Por su parte, la celebración se dio en el Hotel Abades, donde su catering se encargó de que no faltara ningún detalle. Del exorno floral de ambos lugares estuvo en manos de Panicculatta Blanca siguiendo la misma línea de sencillez que los novios querían seguir.
Los centros de mesa, elegidos por Eduardo y Soledad, eran árboles blancos con “peras” de cristal y flores pequeñas, también de color blanco. ¡Muy acorde a la época!
Las invitaciones fueron también muy especiales, pues aunque eran muy sencillas, llevaban un dibujo de la sobrina de Eduardo: ¡ellos vestidos de novios!
Uno de los momentos que nunca olvidarán fue el regalo de las amigas de Soledad, que llevaron a parte de la Comparsa de Ángel Subiela, en concreto, a Carli Brihuega. ¡Magia pura! Aunque también recuerdan con mucha emoción el momento de entregar los ramos de flores a sus madres.
Otro detalle inolvidable fueron las arras y los gemelos que lució Eduardo, representando a la Hermandad de la Macarena de Sevilla, de la cual tanto el novio como su familia son hermanos.
Y como no querían que sus invitados se fueran sin un detalle inolvidable, dieron a cada uno de ellos una chapa personalizada con frases que identificaba a cada uno. ¡Jamás olvidarán sus caras al dárselas!
Soledad y Eduardo recuerdan con mucho cariño el día de su boda, el cual pueden vivir una y otra vez gracias a nuestro atento objetivo… que estuvo presente en cada momento de ese día tan especial. ¡Gracias por contar con Acuarela Fotógrafos! Fue todo un placer.